miércoles, 14 de diciembre de 2016

El posible fin de las granjas de animales

Paul Mozdziak  pretende producir carne de pavo en tanques de 19.000 litros.
Mozdziak es experto en cultivar células musculares aviares en frascos de laboratorio. Ese oscuro rincón de la investigación situó a este profesor de ciencia aviar en la vanguardia de la "agricultura celular". Este término se refiere a la idea de que se podrían fabricar proteínas animales en biorreactores en lugar de en animales de carne y hueso.
La tecnología, también conocida como carne in vitro o carne cultivada, puede sonar extraña. Pero ha estado atrayendo a ecologistas, activistas de los derechos de los animales e inversores que creen que la carne puede ser producida por empresas de biotecnología en lugar de granjas.
Mozdziak afirma que su carne cultivada será un exito en la población cuando pueda ponerse en el mercado. Puede, según él, ser incluso más barata que la natural.
La idea de la carne artificial despegó en 2013, cuando el científico holandés Mark J. Post acudió a la televisión británica, cocinó y le hincó el diente a la primera hamburguesa cultivada en laboratorio. El experimento costó más de 280.000 euros y fue financiado por el cofundador de Google Sergey Brin.
Sus defensores sugieren que la carne cultivada podría reducir nuestra dependencia de animales de granja y ahorrar recursos. Este verano, Mozdziak fue un ponente destacado en una conferencia organizada por New Harvest, una fundación que promociona "productos animales sin animales". El evento, celebrado en San Francisco (EEUU), incluyó innovadores que presentaron sus versiones de carne de ternera, gelatina, clara de huevo y leche producidas en laboratorio.
La investigación de Mozdziak empezó con una biopsia del tamaño de la goma de un lápiz de una pechuga de pavo. El trabajo consiste en aislar las células madre conocidas como células satélite que se multiplican y se fusionan para aumentar las fibras musculares existentes. Al manipular estas prolíficas células en un caldo calentado de glucosa y aminoácidos, Mozdziak básicamente las engaña para que se comporten como si aún se estuvieran dentro del pavo.
En teoría, el potencial de crecimiento es enorme. Con ilimitados nutrientes y espacio para crecer, una única célula satélite puede producir 75 generaciones de división en tres meses. Eso significa que una única célula se podría convertir en suficiente cantidad de músculo para fabricar más de 20.000 millones de nuggets de pavo. Las encuestas sugieren que alrededor de la mitad de los vegetarianos comerían carne si procediera de un laboratorio.
La carne cultivada en laboratorio aún está lejos de convertirse en un producto comercial. En el laboratorio de Mozdziak, su equipo cultiva células en una fina capa dentro de frascos de plástico. Si adquieren demasiado grosor, los nutrientes no les llegan a penetrar. Cultivar de esta manera una cantidad de carne correspondiente al tamaño de un pavo requeriría alrededor de 11.340 frascos y suero sangíneo por valor de unos casi 3.200 euros.

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